El RoboCop
A mi nunca me gustó leer libros que no son técnicos.
Ayer hablaba con un amigo que en la mayoría de mi vida me enfoqué mucho en la parte lógica de mi cerebro, dando poco espacio para la parte creativa.
En entrenamientos de negocios nosotros somos enseñados a tener una comunicación efectiva, directa, sin gracia y sin condimentos. Eso es óptimo si uno está intentando ayudar con direcciones, o escribiendo una receta de como preparar una torta.
Pero nosotros somos seres humanos, y no robots. La parte divertida de la vida son los twists, las bromas, las historias que nos mantienen aprehensivos intentando revelar el final.
Leyendo el libro “Las Siete Leyes Espirituales de Los Superhéroes” de Deepak Chopra, es muy interesante lo que hace el autor comparando emociones y cualidades humanas en los superhéroes.
Es fundamental que hasta los más poderosos personajes tengan aspectos humanos, para que parezcan identificables, y claro, interesantes.
Imaginate un Superman sin empatía, sin expresiones, desarrollado solamente para combatir el crimen. Quizás por eso no tenemos un superhéroe que es totalmente robótico que nos gusta, quizás por eso hasta RoboCop tenía un corazón y mente humana.
Y así sigo yo. Cada día desarrollando un poco más mi mente, que por años fue programada solamente para ser efectiva y eficiente. Pero finalmente, me estoy esforzando a despertar al Alex Murphy adentro para controlar la máquina compleja que es la vida, y aún más importante, quitando el piloto automático programado como en RoboCop.
Solamente así, podemos claramente mirar y observar los desafíos, y tomar decisiones verdaderamente humanas.