Fuego: Miedo de Salir - Part II

En la mañana del día 5 de septiembre de 2021, desperté ansioso por participar del curso de REI. Me encontré con Vincent en la mitad del camino y de ahí seguimos hasta Maryland, un estado vecino en donde nos encontraríamos con un grupo y Jeff, el instructor.

Después de dadas las introducciones, Jeff nos comenta que vamos hacer una caminata con las mochilas, para que nosotros tengamos un poco de experiencia con el equipo. Lo que no esperábamos era que el nivel de dificultad de esa aventura aumentaría cuando empezara a llover.

El agua, es uno de los 10 esenciales, pero la de tomar y no la que cae del cielo. Cuando empezó la lluvia yo no imaginaba que en una clase básica de camping ya tendría experiencias tan intensas como las que se veían en los episodios de Bear Grills (no para tanto, pero me gusta el elemento dramático en la historia). Jeff nos garantizó que no importaba como seguía la lluvia, continuaríamos con el curso.

Luego empezamos a poner todo lo necesario en la mochila: bolsa de dormir, colchoneta, aislante, carpa, bear bag, y un montón más de parafernalias para nuestra jornada desde el estacionamiento hasta el otro lado del parque.

Toda la parafernalia

Con el traje a rigor, de lejos, parecíamos un grupo muy experimentado de desbravadores, con un propósito intenso de encontrar una aventura explorando las matas salvajes de este parque en el medio de la ciudad.

Vincent, el Desbravador

Después de como 15 minutos caminando, y la lluvia empezando a peorar, Jeff, nuestro desbravador guía, nos dice que lo mejor sería regresar y acampar en el estacionamiento de donde vinimos.

Decepcionados, regresamos callados, como si casi escucháramos de la lluvia que no deberíamos estar ahí. Como una afirmación de que no valía el esfuerzo ni el tiempo, que estaríamos mucho más cómodos en la comodidad de la casa tomando un té caliente, y no mojados y con frío en un estacionamiento.

Pero lo peor estaba por venir: Jeff nos avisa que en estas condiciones vamos a armar la carpa. Ya en ese momento la moral estaba bajísima. Desmotivados, Vicent y yo, empezamos a desplegar la carpa, pero la sensación en el aire era que estaríamos compitiendo con todos los otros participantes como en un reality show barato de Netflix que uds miran en un fin de semana pacato.

La tensión aumentó cuando descubrimos que una de las varillas de la carpa que Jeff nos había dado estaba rota, y luego no tenía sustentación suficiente - al menos esa era la disculpa que utilizaríamos para justificar lo que estábamos por montar. Frustrados, y sin instrucciones, entendí que toda la experiencia que tenía montando muebles de Ikea no me serviría aquí. Si realmente estuviésemos en un reality show, sería en ese momento que la cámara haría un close-up, y Vicent diciendo "Yo necesito tomar un poco de agua". Paré por un minuto, y antes de tomar una actitud que quebraría otra varilla pensé "y toda esa agua que cae del cielo no es suficiente?"

En un reality show, seríamos la primer dupla en ser descalificada y olvidada, o no, porque lo que construimos fue bastante memorable:

La Carpa, una arte abstracta

En el próximo articulo, fuego, como hacer el fuego en condiciones extremas…