La primera vez que acampé en la vida yo ya tenía 30 años. Creo que por haber crecido en una ciudad rodeada por edificios no había chances de encontrar un espacio donde las personas no me confundieran con un mendigo. Las pocas personas que yo conocía que les gustan acampar las juzgaba como hippies. ¿Por qué alguien se sometería a desconectarse de la internet por más de una hora?
En el último año, empecé a escuchar un podcast, FOGO: Fear of Going Outside, por recomendación de un amigo, Vicent, que cuenta la historia de una persona que también sólo concebía acampar en el confort de su casa: en el sofá. La host de este podcast, Ivy Le, que ya no tenía más que mirar en Netflix, finalmente se aburrió y decidió intentar algo nuevo, acampar en la naturaleza, sin wifi; y mientras aprendía más sobre eso, documentó la experiencia en nuevos episodios todas las semanas.
Inspirado y motivado por lo que había escuchado, yo hice lo más lógico que cualquiera debe hacer cuando empieza un nuevo hobby, compré los equipos más caros sin siquiera entender cómo armar una carpa.
Vicent, un poco más conservador, sugirió un entrenamiento básico de campamento que era ofrecido en REI: "Los 10 Esenciales". Pero llegando ahí, el instructor, Jeff (un señor muy experimentado que no tenía vergüenza de fanfarronear de cuanto le gustaba cagar en la naturaleza), luego nos dijo: "El material dice 10 Esenciales, pero en realidad solo necesitan saber como 3 o 4, yo tampoco me recuerdo los otros…" En ese momento, Vicent y yo cruzamos miradas porque ya no imaginábamos lo que estaba por venir.
Como es tradicional en entrenamientos de este tipo, empezamos con introducciones y expectativas. En este grupo había como 12 personas, algunas parejas, madre e hija… Escuchando las experiencias "viajé de van de costa a costa", "atravesé el país de norte a sur", "fue criada por los lobos" complementado por "y me gustaría profundizar más en el tema de acampar". Mientras, mi única experiencia en la naturaleza fue jugando Pitfall! cuando niño…
Esa es mi historia de cómo, después de treinta años, finalmente voy a aventurarme en el mundo salvaje sin wifi ni enchufes… En los próximos posts, te invito a sumarte a mi nueva aventura explorando la naturaleza y el desafío de un día acampar sin supervisión o ataques de animales con hambre de carne brasileña.